Friday, December 14, 2018


IVÁN DUQUE.  LA NUEVA APUESTA DE COLOMBIA.


Ya han pasado 120 días del nuevo gobierno de Iván Duque. Los resultados de las encuestas no son buenos. La mayoría de los encuestados lo rajan.

¿Qué significa este rechazo a su estilo de gobierno?

Colombia, en su historia republicana, ha tenido muchos gobiernos mediocres. La mayoría de los presidentes, especialmente en las últimas décadas, se han tenido que comprometer con los jefes y castas políticas para lograr alguna gobernabilidad. Ese contubernio entre jefes políticos y mandatarios ha sido uno de los factores principales que ha alimentado la altísima corrupción que vive el país.

El ciudadano común y la opinión publica representada en sus periodistas y medios de comunicación, se acostumbró a estilos de gobierno mañosos, marrulleros, ladinos, mentirosos, autoritarios, y corruptos. Lo normal para el común de los colombianos es ver una figura presidencial apoyada por la clase política tradicional y los principales medios de comunicación, utilizando toda clase de argucias y trucos para lograr sus propósitos y programas de gobierno.

Si solamente recordamos gobiernos como los de Turbay, Gaviria, Samper, Pastrana, del siglo pasado, cuatrienios donde se cometieron toda clase de arbitrariedades y actos de corrupción, entendemos el concepto de autoridad y democracia que perciben los colombianos nacidos y educados en esa época.

También, a principios de este siglo, tuvimos un gobierno autoritario por 8 años. El de Alvaro Uribe. No hay duda de que lo necesitábamos y por eso aun tenemos esperanza de país.  Pero nos dejó acostumbrados a un líder carismático, que no tenía contradictores y que fue capaz, precisamente por ese apoyo popular, de doblegar a una guerrilla crecida y fortalecida con los dineros del narcotráfico.

Y posteriormente, tuvimos 8 años de un gobierno mentiroso, el de Santos, que se compró al congreso con dadivas y “mermelada” y que fue respaldado por la mayoría de la clase política por el hecho de llevar a cabo a toda costa un acuerdo de paz con las Farc. Gobierno autoritario que defraudó y engaño al pueblo, al desconocer en forma truculenta, su voluntad en las votaciones del plebiscito por la paz.

Por eso digo, que el ciudadano común se acostumbró a gobiernos, o autoritarios, o mentirosos, o marrulleros, o corruptos. Y lo peor es que los congresistas, la prensa y los comentaristas de opinión también se acostumbraron a eso, entre otras cosas porque les servía a sus intereses particulares. Es clarísimo el comportamiento de la prensa y medios de comunicación en el gobierno anterior. Su incondicionalidad con el gobierno de Santos, una vez que les repartió el alto botín de la propaganda oficial.

El estilo de Iván Duque es distinto a los anteriores.

Es joven, no esta contaminado por las políticas de partidos tradicionales. Su partido es el más nuevo, con figuras jóvenes en su mayoría y ajeno a los tejemanejes de la política tradicional. El Centro Democrático puede ser criticado por ser un partido de ideas mas tradicionales y de centro derecha y liderado por el expresidente Uribe, pero no puede ser criticado ni por politiquería, ni por corrupción. Su paso por el congreso como senador por el Centro Democrático lo forjo como un político demócrata, decente y responsable.

Iván Duque cree en el sistema Democrático, con mayúscula, de verdad, no de papel como su antecesor. Cree y practica profundamente una verdadera separación de poderes. Su compromiso de no comprar al congreso con dadivas y mermelada, lo ha cumplido a cabalidad. Así sea que sus proyectos se hundan. Más temprano que tarde serán aprobados, bajo un nuevo estilo de gobierno, bajo el proceso de educar a los parlamentarios, para que cumplan su oficio de legislar buscando por consenso o por mayorías las mejores leyes para el país. Sin más compromiso que su deber de cumplir con sus obligaciones de legisladores.

Nombró ministros y otros altos dignatarios del estado sin el concurso de los políticos tradicionales. Sin Gaviria, sin Vargas, sin Pastrana, sin Uribe, en una palabra, sin expresidentes ni excandidatos. Eso le ha dolido mucho a la clase política, aun dentro de su mismo partido, que le han reclamado por su total independencia y su decisión de gobernar para todos los colombianos sin alimentar la polarización y la división.

Notorio el cambio a las prácticas tradicionales. La forma como nombro a su equipo de gobierno, abriéndole las puertas a los mejores y a la mujer colombiana. Qué decir del respeto institucional a las fuerzas armadas en el relevo de su cúpula militar.  

Y los creadores de opinión, los periodistas, los informadores, algunos de los cuales, se comportan como poseedores de la verdad, también han perdido relevancia. Sus noticieros y programas de opinión se alimentan de la polarización y de la exageración, derecha o izquierda, paz o guerra. En un gobierno como el de Duque este tipo de dilemas no existe y quien lo usa como herramienta para su prestigio personal pierde protagonismo, no encuentra eco en el ejecutivo. Esta clase de mañas periodísticas tan arraigadas en Colombia pierden fuerza y actualidad.

Y las redes sociales. Alimentadas y manipuladas por una oposición insensata y por la izquierda o centro izquierda derrotada en las pasadas elecciones, que no quiere reconocer las cualidades demócratas del presidente y que trata de oponerse o de ridiculizar cualquiera de sus iniciativas. Mucho daño se ha causado por este medio a su imagen y liderazgo.

El presidente Duque y sus ministros, en todos sus actos de gobierno, solo apelan a lo que sea mejor para el país, respetando profundamente la separación de poderes. No alimentan la controversia dañina, el odio, el insulto. Alimentan el dialogo, el debate democrático en el congreso, el debate y el dialogo con los ciudadanos en encuentros directos. Han respetado a la oposición y han oído sus argumentos. Es un gobierno que busca restituir la verdadera democracia en Colombia.

La opinión publica colombiana aún no entiende a un verdadero demócrata. Lo ve débil, lo ve sin liderazgo y lo ve sin rumbo. La costumbre era ver a un presidente dominando los poderes públicos con gabelas, corrupción y mermelada.

Los periodistas más connotados le piden cambiar el rumbo, le piden liderazgo. ¡Que equivocados están! Colombia no tiene un mejor rumbo que el que le ha marcado el Presidente Duque, el de rescatar los principios democráticos y enseñarles a las clases políticas que el poder se ejerce para el bienestar del país y de sus gentes y no para robar y perpetuar las castas políticas.

Veremos a un presidente crecido y apoyado por sus ciudadanos al paso del tiempo en la medida que las gentes del común vean y entiendan la profundidad del cambio que esta llevando a cabo con su estilo de gobierno.

 

Jorge Pineda

Medellín, 12/14/2018

Tuesday, March 3, 2015

DOSIS DE PRAGMATISMO EN LOS ACUERDOS DE LA HABANA.


Desmovilización sin una verdadera paz cercana.

Originalmente el pragmatismo fue una corriente filosófica que nació en los E.E.U.U. a finales del siglo 19 con gran influencia en el pensamiento del siglo 20. Algunos autores la conocen como “The American School” y sus mayores exponentes fueron Charles Peirce y William James. El vocablo "pragmatismo" viene del griego “pragma” que significa hecho o acto. En el fondo lo que sostiene es que para poder juzgar la verdad de una doctrina moral o social, se deben considerar sus efectos prácticos. En otras palabras, las ideas o principios se valoran por la utilidad y por la practicidad de los mismos.

En las discusiones públicas que se han hecho sobre el proceso, llamado de la Habana, donde negocian el gobierno colombiano y la cúpula de la guerrilla de la FARC, se ha dicho, por parte de algunos dirigentes políticos de los partidos que acompañan el gobierno, que para lograr acuerdos hay que ser “realistas” y “prácticos”. Es ceder principios morales, de justicia, “tragar sapos”, para lograr que los alzados en armas abandonen la lucha armada. 

Se ha dicho que la paz es un valor superior y que para lograrla se pueden sacrificar otros conceptos morales y de  justicia y  no solo perdonar a los infractores, sino además facilitarles su trabajo político. En alguna forma es la aplicación de conceptos pragmáticos para conformar una sociedad sin la violencia guerrillera que hemos soportado por años. Es un poco aplicar el principio maquiavélico de que el fin del conflicto armado justifica sacrificar los principios de justicia, verdad y reparación.

Es cierto que en otras épocas en Colombia y en otras partes del mundo se ha logrado la reincorporación de rebeldes a la vida civil, haciendo caso omiso de normas y leyes vigentes y perdonando actos contra la población y contra el estado, claramente ilegales. Y en alguna forma este es un método que se ha validado en el mundo  para lograr este fin. Se ha dicho además que esta es la única vía para desmovilizar y empezar un  proceso de reinserción, verdad y reparación, estadios necesarios para el verdadero logro de una paz estable.

Sin embargo muchos otros creemos que también se puede lograr el mismo propósito con el uso legítimo de las armas por parte del estado, de un estado democrático, de manera que se logre una rendición o se minimice la influencia de las acciones armadas ilegales y a la postre se elimine la violencia política.

Es un hecho irreversible que el camino escogido por este gobierno, es el método del diálogo y la negociación, y de lo que se trata ahora, es evaluar hasta donde la sociedad colombiana está dispuesta a ceder y entregar en justicia, perdón y reparación, para lograr la desmovilización.

Por lo que hemos visto y se ha traslucido de la Habana, la guerrilla en forma prepotente y descarada, se declara víctima del estado y reivindica su violencia como un método válido para defender a los menos favorecidos y superar las injusticias que en Colombia se han cometido contra las clases más populares. Se siente libertadora, dueña de la verdad y no demuestra ningún grado de arrepentimiento por los males que le ha causado al país y a millones de sus ciudadanos, tanto en forma particular como colectiva.

A los de la Farc les parece moral y justo utilizar menores en su guerra, abusar de niñas y jóvenes sexualmente, poner minas antipersonales afectando a miles de campesinos inocentes, destruir con cilindros bomba a comunidades enteras, usar el narcotráfico para financiar sus acciones asesinas, secuestrar  y muchas otras actividades, la mayoría de ellas calificadas de delitos de lesa humanidad por las cortes internacionales.

Es claro que no hay arrepentimiento, no hay intención de reconocer la verdad y no tienen intención de reparar las víctimas.Es evidente que no se sienten culpables. Se sienten víctimas del estado y redentores de los más necesitados. Y solo aceptaran su interpretación de los hechos como la verdad del conflicto.

¿Con estas circunstancias es posible lograr una paz estable para Colombia?

Es muy probable que el proceso de la Habana desemboque en una desmovilización y una eventual reintegración de los miembros de la guerrilla a la sociedad. Eso es lo que busca el proceso actual. Se negocian 5 puntos básicos y ya se ha avanzado en algunos de ellos aunque quedan temas sensibles por definir. 

En cuanto a temas tan críticos como el castigo, seguramente el gobierno cederá con una justicia  transicional laxa, y probablemente  sin cárcel. En cuanto a la compensación de sus víctimas, lo más probable es que se cree un fondo para ello con dineros del fisco, ayudas internacionales y algunos bienes de la guerrilla que se logren incautar, pero sin incluir  el grueso de sus patrimonios mal habidos. Además la guerrilla conseguirá  muchos otros beneficios de tipo social y político que el gobierno les cederá.

El gobierno, los partidos políticos de la unidad nacional  y el Fiscal presumen que lo que gana el país por la desmovilización de las Farc es más importante que el daño que se le hace a la justicia y a las instituciones. Y justifica además, las gabelas y beneficios políticos que obtendrá la Farc con esta negociación.

Lograda la desmovilización y suponiendo que el país acepta pagar su costo, se entrará a un proceso complejo de perdón, reparación de víctimas y resocialización de los combatientes, y el establecimiento de la verdad; estadios indispensables para llegar a una paz estable y duradera.

Expuesto la anterior; creo que en el gobierno de Santos se lograra la desmovilización; pero no la paz.

Con el grupo guerrillero de la Farc nunca se lograra la paz. Para alcanzarla es indispensable el perdón. Pero en este caso el perdón no es posible, pues no hay arrepentimiento.  La iglesia Católica nos ha enseñado, como lo define en el sacramento de la confesión, que sin arrepentimiento o contrición no hay perdón. Las Farc nunca tendrán, ni demostraran verdadero arrepentimiento. Solo reconocerán algunos errores. Por esto las víctimas nunca perdonarán. Algunas de ellas, por presión de la izquierda o del gobierno, o por intereses políticos, participando en shows mediáticos, dirán que “perdonan” a sus victimarios, pero será solo de dientes para afuera.

La sociedad Colombiana no perdonará a quienes le hicieron daño y no lo reconocen, y que además se creen benefactores y víctimas y se muestran cínicos frente a los hechos violentos que cometieron por 50 años.

No tendremos  verdad. En el mejor de los casos reconocerán errores en su actuar armado, o se escudarán en su subalternos, arguyendo que los crímenes más atroces fueron cometidos por ellos sin su consentimiento. Tratarán de que la historia se olvide de sus atrocidades negándolas y señalando a la derecha de distorsionar el pasado. 

Habrá impunidad. No queda duda que ante las declaraciones del Fiscal y de muchos otros de los dirigentes del gobierno y de sus aliados políticos, la justicia transicional la utilizarán como fachada para dejar colar a los máximos jefes de la Farc y así exonerarlos de pagar las penas que le deben a la sociedad colombiana por los delitos de lesa humanidad que han cometido. 

La reparación de las víctimas no se dará a satisfacción. Puede que el estado lleve a cabo algunos programas económicos que alivien a algún sector de las víctimas, pero en forma marginal. Pero las víctimas somos todos los colombianos. El atraso económico a que nos sometieron, el daño ecológico que han causado, el dolor que hemos sufrido con las masacres, los abusos, los secuestros. Esto nunca se reparará. Además no entregarán su dinero mal habido para la reparación económica de las víctimas. Dirán que no tienen y el gobierno mirará para otro lado, pues sabe que ese es un gran aliciente para la desmovilización. Que los jefes guerrilleros puedan conservar sus fortunas en el exterior producto del secuestro, extorsión y narcotráfico.

Solo tendremos reintegración en forma parcial. Algunos jefes guerrilleros se quedarán en Cuba o Venezuela con sus grandes capitales, algunos otros vendrán a hacer política en Colombia, con  posibilidad de que atenten contra ellos, por el odio que mucha gente afectada les mantendrá. De la tropa guerrillera algunos se integrarán con los programas del gobierno, con educación y posibilidades de empleo, y otros entrarán a las bandas de la delincuencia común.

¿Y el presidente Santos? Seguramente pasará a la historia como un abanderado de la paz, que logró la desmovilización de un grupo ilegal de más de 50 años de accionar guerrillero, por medio de la negociación y no por el uso legítimo de la fuerza. Nadie se acordará del precio que tuvo que pagar la sociedad Colombiana. ¡Y a lo mejor premio Nobel de Paz!

Pero solo, las nuevas generaciones, que lograrán sanar las heridas con el tiempo y el olvido, y con gobiernos que vigoricen la justicia, la  institucionalidad y la democracia, que fortalezcan la seguridad, que ejerzan el legítimo uso de las armas contra los ilegales, que generen desarrollo con equidad, con más oportunidades y educación para todos, podrán aspirar a una paz duradera entre los colombianos.

Y esto solo el tiempo lo dirá.

Jorge Pineda

Febrero 2015

Monday, June 16, 2014

EL AMARGO TRIUNFO DE SANTOS

El Domingo 15 de Junio a las 5 de la tarde la registraduría de Colombia estableció que el Presidente Santos ganó la reelección a la Presidencia de Colombia por otros 4 años por un poco más del 50% de los votantes, con un margen de solo el 5% sobre su contendor Zuluaga. Lo que escasamente representa el 28% de los ciudadanos con derecho al voto en Colombia.

Muchos colombianos quedamos sorprendidos. Santos había sido derrotado en primera vuelta. El desprestigio de Santos era enorme y sus realizaciones pobres, frente a sus compromisos y necesidades del pueblo Colombiano. Este triunfo aparece como un premio inmerecido y desproporcionado. Este triunfo aparece como el triunfo de una maquinaria política que no ahorro trucos y métodos “non sanctus” para mover su electorado en Bogotá y la Costa Atlántica especialmente. Votantes que fueron a las urnas llevados por caciques políticos, promesas electoreras, presiones y compra de votos y no por ideas o por convicciones democráticas. 

El Presidente Santos ganó rodeado de una serie de grupos y grupitos políticos de tendencias diversas que lo apoyaron con el propósito de que se continúen unos diálogos de Paz iniciados hace 18 meses con el grupo  terrorista de la Farc,  grupo que ha estado delinquiendo por 50 años en las selvas Colombianas.

La Farc es una guerrilla que nació como una protesta al establecimiento después de las guerras civiles partidistas, que luego se convirtió en un grupo de orientación comunista en la época de los 60  y que con la caída de la Unión Soviética  se convirtió en un cartel del narcotráfico. Grupo que ha desangrado al país usando el terror, el uso de minas antipersonales y cilindros bombas contra la población civil, el reclutamiento de menores y el abuso sexual de niñas campesinas que reclutan para ese fin. Grupo calificado de organización terrorista por todos los países civilizados del mundo. Grupo debilitado por las acciones de las fuerzas armadas, especialmente por la determinación del gobierno anterior del Presidente Uribe y que en la actualidad no representa un real peligro para la estabilidad democrática del país y su desarrollo.

Pero  Colombia está cansada de la violencia. Y este fue el argumento que uso Santos para aglutinar fuerzas disímiles y lograr su reelección. Lo logro sin un programa coherente, con disparidad ideológica con las corrientes que lo respaldaron. Ahora tendrá que compensarlas repartiendo y compartiendo el poder como una colcha de retazos, con grupos de ideologías tan extremas como la derecha del grupo político Cambio Radical, del cual su líder Vargas es parte de la formula como Vicepresidente y la extrema izquierda de Córdoba, Petro y Cepeda, pertenecientes a otros grupos políticos minoritarios.

Este triunfo electoral se le debe al discurso de lograr la desmovilización y la paz con los grupos ilegales a toda costa. La Farc y el ELN deben estar dichosos. Doblegaron al Presidente y a la institucionalidad el país no a través de las armas sino a través de los votos, lograron que se le diera al Presidente la orden de negociar con ellos.

La orden que los votantes le dieron a Santos implica que el país quedó arrodillado, que el manejo de las conversaciones quedaron en manos de las Farc, organización que no tiene compromiso con nadie, solo con sus intereses personales. Sera la Farc la que le ponga el ritmo a las negociaciones, se ganaron otros 4 años, no tienen ningún afán, solo les interesa conseguir gabelas personales y beneficios políticos para sus militantes.  Al Presidente lo estará midiendo la opinión pública todos los días, en todas las sesiones de negociación. Será mirado por toda la comunidad internacional, lo presionará Cuba y Venezuela, los supuestos garantes. La presión lo llevara a aceptar lo inaceptable para una democracia que se respete.

El candidato Zuluaga del centro democrático logró el 45% de los votos. Logro un caudal extraordinario para un líder desconocido por la mayoría de los colombianos hace 6 meses. Estableció una alianza coherente con el partido conservador y su líder Marta Lucia Ramírez. Presento un programa de amplio sentido social conservando las tesis ideológicas del Presidente Uribe de seguridad y confianza a la inversión. El 45% de la votación, cerca de 7 millones de colombianos votamos por unas tesis sólidas y por convicción.

El candidato Zuluaga mantuvo la opinión de que la búsqueda de la paz implicaba unas condiciones mínimas que mantuvieran la autoridad y respeto por la sociedad civil. Las teorías de Zuluaga en la búsqueda de la paz no implicaban un sometimiento del estado a una negociación a cualquier precio, muy diferente a la sumisión y a la entrega  como quedo implícito en el discurso de Santos.

Pobre Colombia. Quedamos en el peor de los mundos. Un Presidente con un triunfo amargo sin un respaldo político coherente y obligado a una negociación; unas Farc engrandecidas por las circunstancias y la miopía de la dirigencia de la Unidad Nacional que ha respaldado al Presidente Santos; y una izquierda envalentonada que le estará cobrando al Presidente con creces su apoyo en la segunda vuelta.

Nos consuela que quedamos con una oposición acrecentada, aparentemente derrotada, que le tocara mostrarle al país nuevas opciones y que tendrá un papel importantísimo cuando las negociaciones de la Habana, si es que concluyen, sean sometidas a la aprobación del pueblo colombiano. Somos un 45% de los votantes que miraremos con lupa lo que se acuerde con las Farc y si esto no es conveniente para la institucionalidad del país, seguramente no se ratificara en las urnas.

Ese fue el mandato que les dimos a Z y a su equipo cerca de 7 millones de colombianos. Zuluaga, Uribe y todo el Centro Democrático, tendrán la responsabilidad como fuerza de oposición,  liderar una campaña para que la sociedad civil exija una desmovilización que conlleve a una paz con justicia, sin impunidad y con reparación.

Jorge H Pineda
Medellín, Junio 16-2014


Friday, September 7, 2012

UNA BOFETADA A LA DEMOCRACIA COLOMBIANA.

Con motivo de los diálogos de paz con la guerrilla de las FARC que el Presidente Santos anunció esta semana, el ex presidente Uribe declaró que esto constituye una bofetada para la democracia Colombiana.

A lo mejor el  Presidente Uribe tiene la razón.  No es fácil aceptar los diálogos de paz con un grupo que no ha mostrado intenciones de dejar el terrorismo, el narcotráfico, el secuestro, el abuso de menores usándolos en la guerra, las minas antipersonales y en general la lucha armada inhumana y salvaje. 

Y sorprende el hecho de que el Presidente Santos haya dicho, reiteradamente, hasta hace muy poco tiempo, que solo hablaría de paz cuando la guerrilla diera señales y mostrara hechos indicativos de querer la reconciliación. Hasta ahora lo único que la FARC ha mostrado es, daños a la infraestructura eléctrica, caos en el Cauca, violencia y más violencia terrorista.

También sorprende el calculo de tiempo que hace el Presidente para la campaña de su reelección. Por eso afirma que será un proceso de meses, no de años, tiempo preciso para fortalecer su aspiración a ser reelecto  y de paso le  ayuda a su “mejor amigo”, amigo de la FARC, pero tremendamente dañino para Colombia, el comandante Chávez, que también necesita del pantallazo de la paz para su reelección.

Sin embargo el sueño de vivir en paz es tan grande y sagrado para los Colombianos, después de 50 años de luchas,  que todo lo anterior se deja de lado, se soslaya y decididamente la nación respalda la decisión del Presidente de iniciar negociaciones con la insurgencia y le augura el mayor de los éxitos.

¡Todos le estamos apostando a la Paz!

Quizás los únicos que se apartan de este propósito, equivocadamente según mi concepto, es el Uribismo. Seguramente por miedo de perder su principal bandera política, la seguridad democrática. El Presidente Uribe conoce que una “democracia fuerte” no negocia con los terroristas sino que los somete. Desafortunadamente Colombia no es una democracia fuerte y  faltan décadas para serlo.

Por eso el Presidente Uribe dice que se esta abofeteando la democracia Colombiana, democracia que ha sido abofeteada muchas veces a lo largo de su larga historia republicana.

Fue una bofetada a la democracia el establecimiento del Frente Nacional a finales de los 50 y en la década de los 60. Los partidos políticos se alternaron en el poder limitando gravemente la participación de otros. Bofetada que se justificó en la medida que se atemperó y eventualmente se eliminó la violencia partidista y se logró ahuyentar el fantasma del regreso de otra dictadura militar.

Posteriormente y ante la aguda crisis institucional que el país sufrió al final de la década de los 80 por motivo del narcotráfico y del fenómeno de la extradición, se estableció una constituyente para elaborar la constitución del 91. Esta fue una bofetada mayor en cuanto se violó la constitución vigente en ese entonces, para poder convocar la elección de una constituyente. Aún hoy en día hay dirigentes políticos y constitucionalistas que consideran que la constitución del 91 es espúrea en su origen. Pero aun así nadie niega que con ella Colombia entró a la modernidad y al respeto de los derechos humanos y ciudadanos. 

Y la última perla en este gobierno, el fracaso de la reforma de la justicia. Reforma que se logro por la presión del ejecutivo en el semestre anterior, negociando gabelas con las otras ramas del poder público, que a la postre y después de muchos tropiezos, pasó como acto constitucional. Y como no salió bien, llena de vacíos y despropósitos jurídicos,  el mismo ejecutivo la tuvo que tumbar antes de su promulgación, violando las normas constitucionales. Esta bofetada tuvo tintes de mini golpe a la rama legislativa del estado.

Los casos anteriores y muchos otros, demuestran que la clase dirigente Colombiana no tiene empacho en abofetear la democracia tantas veces como sea necesario para lograr, lo que en un momento dado; el ejecutivo, los medios y la opinión consideren “los máximos intereses del estado”.

Los fines “altruistas” han justificado las bofetadas a la democracia; esto suena Maquiavélico, pero a la postre ha resultado.

Todo esto nos demuestra que en nuestro medio la democracia es una utopía de largo alcance. En alguna forma la democracia ideal es a la sociedad, como la felicidad plena es al individuo. Siempre se busca pero nunca se alcanza.

Ojalá al menos alcancemos la paz.


Jorge Pineda B
Medellín, Septiembre 6, 2012

Tuesday, June 26, 2012

LUGO Y SANTOS. ENCRUCIJADAS COMPARABLES.


Nuevamente se presenta en Latinoamérica un escándalo por cambio de gobierno en Paraguay. El congreso de ese país en forma mayoritaria y después de un juicio político destituyó al Presidente Fernando Lugo y lo reemplazo por el vicepresidente constitucional el medico Federico Franco. Aparentemente todo el proceso se hizo respetando la constitución del país y siguiendo las normas establecidas para juzgar al presidente en ejercicio.

Sin embargo los países vecinos y otros latinoamericanos reunido en la organización Unasur decidió no respaldar el cambio de Presidente y denunciar el hecho como un “golpe de estado”. Hay que recordar que el Presidente Lugo proviene de los sectores de izquierda de su país y gozaba de un gran respaldo de los países del Alba y del gobierno también de izquierda del Brasil. No hay la menor duda que la rápida reacción de Unasur esta marcada por la evidente tendencia izquierdista de ese organismo dirigido ahora por un venezolano comprometido con el régimen de Hugo Chávez.

Se hubiera esperado que Colombia no se comprometiera tan rápidamente en la condena al cambio de gobierno en Paraguay. Al fin y al cabo es un proceso político interno soberano que fue incruento sin participación del ejercito y avalado mayoritariamente por el congreso. Calificar este evento de golpe de estado es interferir los asuntos internos de Paraguay y es afectar su soberanía.

De otro lado y en forma simultanea en Colombia se aprobaba por el Congreso de la Republica y después de ocho debates, en dos periodos de sesiones o sea de un año de deliberaciones, la reforma a la justicia. Se trato de una reforma constitucional y no de una simple ley estatutaria. Reforma que fue muy controvertida y ampliamente discutida, donde el gobierno del Presidente Santos jugo un papel fundamental en su elaboración y negociación, del principio al fin. El texto definitivo aprobado por amplia mayoría por las plenarias del Senado y de la Cámara al final de las sesiones ordinarias debería haberse publicado oficialmente y ser ahora ley de la republica y parte de su constitución.

Pero el gobierno a ultima hora decidió quitarle su aval, no publicarlo, llamar a sesiones extras del congreso y buscar la forma de hundirlo, así sea usando métodos no establecidos en la constitución. Para los analistas ha sido difícil de entender el cambio de posición del gobierno y su fuerte oposición a la reforma, hasta el punto de llamarla espúrea y de paso sacrificando al Ministro de Justicia, gran jurista Dr. Esguerra.

¿Que hizo cambiar tan radicalmente al Presidente Santos?

No fue la conciliación, aunque es la disculpa, pues esta además de haber sido aprobada por los ministros de Justicia y del Interior y por las plenarias del Congreso, contiene los mismos textos previamente aprobados por las dos cámaras.

Hay mucha especulación al respecto. La mas difundía es el gran temor del Presidente a una amplia reacción ciudadana en contra de la reforma como se sugiere en  las redes sociales  y en muchos círculos académicos y la decisión de lideres políticos y grupos de ciudadanos de buscar firmas con el propósito de llamar a un referendo e inclusive a una constituyente para atajar esta reforma y establecer mecanismos constitucionales fuera del congreso, para configurar otra norma que responda al clamor de los ciudadanos de reformar una justicia que hace agua por todos los costados.

El Presidente Santos va a cumplir dos años ahora en Agosto. El año entrante es importante políticamente para definir su reelección. Opción que quedaría opacada y disminuida si hay en los próximos meses una consulta popular de cualquier índole que desenmascare todo este proceso un poco turbio por decir lo menos. Aparentemente su decisión es impedir por cualquier medio cualquier tipo de consulta ciudadana.

Muchos analistas políticos sostienen que el Presidente al llamar a extras  al congreso para hundir la reforma a la justicia esta desconociendo la autoridad del congreso para reformar la constitución, lo que en el fondo equivale a un “golpe de estado” al Congreso de la Republica y por lo tanto al orden institucional del país. Esta desconociendo la autonomía  de la rama legislativa del poder publico.  Esta cambiando las reglas de juego establecidas en la constitución.

¿Se podría decir entonces que la reacción del “mejor amigo” Hugo Chávez y de sus socios, debería ser solicitarle a la Unasur una condena al Presidente Santos por el “golpe de estado al congreso” y un aislamiento internacional a Colombia por este motivo?

Esta comparación es lo suficientemente clara para demostrar que los organismos internacionales y los países vecinos no deben inmiscuirse en los procesos políticos internos, propios de cualquier sociedad. Solo deben intervenir en casos extremos donde los derechos civiles estén gravemente amenazados y haya una violencia de estado contra los ciudadanos y las instituciones.

Jorge H Pineda
Medellín, Junio 26 del 2012

Thursday, April 26, 2012

CUBA Y LA OEA. ¿TIENEN RAZÓN LOS DEL ALBA?


En las ultimas semanas y gracias a la cumbre de las Americas,  realizada recientemente en la ciudad de Cartagena, el tema de la participación de Cuba en la Organización de Estados Americanos volvió a ser centro de la atención de los Presidentes de América y obviamente de los medios de comunicación del continente.

Por definición, la OEA es la organización que agrupa los estados del continente Americano. Supuestamente es un foro para atender los problemas comunes que puedan aparecer entre vecinos y “copropietarios” de América.

Se presume que para ser miembro de la OEA se debe ser “Estado” y estar en América. Cuba es un Estado y esta localizado en el territorio del continente Americano. Pero Cuba no es miembro de la OEA.

Durante la vida de este organismo continental se han aprobado reglas y principios que le han cambiado su objeto inicial. Ahora  para ser miembro de la organización el estado tiene que ser “Democrático”.  Y Cuba no es un estado democrático.

Durante la historia de la humanidad los seres humanos han desarrollado diferentes formas de gobernarse. Estas formas difieren mucho de país a país y de continente a continente. Las diferentes formas de gobierno han sido definidas por  filósofos y  politólogos, desde Aristóteles, pasando por Montesquieu, Rousseau, Kant y otros pensadores modernos y en términos generales son; La Monarquía, La Dictadura, La Aristocracia y la Democracia.

Estas formas han evolucionado a través de los tiempos y en la practica, cada pueblo las adopta e inclusive las mezcla de acuerdo a sus circunstancias especificas. Es difícil encontrarlas en su estado mas puro. Por ejemplo la democracia ideal es difícil de encontrar. Normalmente es una mezcla de elementos democráticos, como el voto, con elementos autocráticos y aristocráticos e inclusive monárquicos, como en el caso de algunos países Europeos, que tienen monarquías constitucionales.

Rousseau decía: “Todas las formas de gobierno no son adecuadas a todos los pueblos”, "La libertad no es fruto de todos los climas, y por lo tanto no está al alcance de todos los pueblos."

En el mundo occidental, tenemos la herencia de la cultura greco/romana. Somos tremendamente racionales. Para nosotros libertad y democracia son conceptos irrenunciables y por tanto hay una tendencia de conformar gobiernos democráticos, aunque no siempre se ha logrado, especialmente en Latino América, donde hemos tenido por décadas gobiernos autocráticos. 

En otros Continentes la democracia no tiene culturalmente el mismo peso. Algunos países asiáticos, africanos, árabes y muchos de los países musulmanes, tienen otras formas de gobierno. Un porcentaje alto de la humanidad vive bajo regímenes no democráticos. Por razones étnicas, históricas o religiosas, han escogido otros sistemas políticos.

A pesar de las diferencias culturales y formas de gobierno entre pueblos y continentes, todos los Estados del mundo pertenecen a la organización de las Naciones Unidas. Ninguno es discriminado por su forma de gobierno.

¿Porque en nuestro continente se tiene que discriminar a Cuba?

Uno de las formas como EEUU  expande  la cultura “gringa” es promoviendo y algunas veces exigiendo por medio de las intervenciones militares, sistemas democráticos. No conciben el mundo de otra manera. Hay regiones del mundo donde saben que no pueden intervenir directamente, al menos militarmente, pero si lo hacen indirectamente por medio del comercio, de la revolución de las comunicaciones y de su poder político. Por eso es que Cuba no es parte de la OEA. Pero es una imposición de los EEUU, que rompe con la historia, con la autodeterminación de los pueblos y con el vecindario.


La actual OEA se le debería cambiar el nombre por OEDA. Organización de Estados Democráticos de América. ¡Y es muy probable que no puedan estar todos los que están!


Jorge H Pineda B
Medellín, Abril 25-2012

Monday, April 16, 2012

DEL REALISMO DE URIBE AL SURREALISMO DE SANTOS


En una reciente entrevista del Presidente Santos dejo entrever que él considera que el ex presidente Uribe es el pasado y que en alguna forma sus opiniones no reflejan las actuales condiciones en que se encuentra Colombia.

El solo hecho de ser ex presidente significa que su periodo de gobierno termino y que su gestión pertenece al pasado. Y es también cierto que el estilo de gobierno del actual mandatario de los Colombianos  es más espectacular, creando con ello la percepción de modernidad y apertura internacional muy diferente al estilo que uso el  Presidente Uribe, de perfil más modesto, dándole prioridad a los asuntos domésticos y en especial a la seguridad. La percepción es que el estilo Santos respira futuro y el estilo Uribe representa el pasado.

La pregunta que nos tenemos que hacer los Colombianos es; ¿Cuál es la realidad  Colombiana?   ¿Esta el país preparado para un estilo de gobierno fastuoso, mediático y de proyección continental? O aun necesitamos un líder que este  al frente de la tropa, enterado de los detalles de la administración publica, enfrentando personalmente los problemas generados por el invierno y enfocado en los temas de seguridad.

Viendo el cubrimiento que los medios le han dado a las nuevas leyes que este gobierno ha impulsado en el Congreso de la Republica y la forma como ha confrontado la relación diplomática con los vecinos, el excesivo fortalecimiento del peso y el show de la cumbre continental, piensa uno a ratos, que se encuentra en otro país. La restitución de tierras, la reparación a las victimas, el fortalecimiento de las relaciones con los gobiernos que aun apoyan  la insurgencia, la relevancia internacional lograda por el Presidente Santos, (carátula de la revista Time), lo hace a uno creer que ya salimos del conflicto y que  estamos consolidando un proceso de paz y convivencia, que la seguridad esta garantizada y que Colombia se ha convertido en un gran líder regional.

¡Muchas veces la percepción supera la realidad! 
¿Será esta una situación surrealista?
¿Estaremos viviendo un periodo de una “patria surrealista”?

No hay la menor duda, y en eso están de acuerdo hasta los contradictores del Presidente Uribe, que la Colombia de hoy, (polo de atracción de la inversión extrajera, entre otras cosas),  se la debemos a la gestión de su gobierno por ocho años. Pero la Colombia de hoy aun no ha logrado consolidar el ideario político de Uribe, representado en “seguridad, confianza inversionista y equidad social”.  Aun falta mucho camino por recorrer.

Con solo presenciar día a día los desafueros de la guerrilla y el aumento de la sensación de inseguridad en los campos y en  las principales ciudades colombianas y la pobre infraestructura golpeada aun mas por el exceso de lluvias, uno no deja de pensar que algo no esta caminado bien. Además de ello y quizás  más dramático es el comportamiento de la Justicia y sus fallos, ante el accionar del ejercito, dejando a sus miembros desprotegidos y amedrentados.

La inversión extranjera en la minería y en especial en la explotación petrolera ha sido seriamente amenazada en los últimos meses  y los sindicatos petroleros están regresando a las practicas anteriores. El éxito del Ecopetrol de hoy nos hace olvidar los desafueros sindicales del Ecopetrol de ayer.

La pobrísima infraestructura en vías y puertos y los índices de desigualdad y de pobreza aun colocan a Colombia en una condición muy precaria en el contexto internacional. Colombia aun no puede cantar victoria. Es probable que el estilo de Uribe sea cosa del pasado, pero su ideario, político, económico y social  aun esta vigente y el gobierno actual no puede aflojar.

El presidente Santos es experto en jugar al póquer y eso le esta dando réditos internacionales y mediáticos. El presidente Uribe es experto en montar a caballo, es un gran jinete y bien sabe que el freno no se puede aflojar mientras se esta en la faena, y la faena aun no ha terminado!


Sunday, November 27, 2011

EL PRESIDENTE SANTOS Y LA LEGALIZACION DE LAS DROGAS

Esta semana en su visita al Reino Unido el Presidente Santos ofreció una serie de entrevistas y conferencias y se refirió a la necesidad de que se revise la forma como elmundo esta confrontando el problema de la producción y el consumo de drogas y dejo claro que su gobierno estaría inclinado a la legalización de la producción y el consumo de algunas de ellas si hay un consenso general al respecto, dejando en claro que no lideraría ese proceso.

A renglón seguido la Fiscal General de la Nación dio declaraciones en el mismo sentido, aclarando además que esa es su posición de tiempo atrás y que así lo ha expresado en otras oportunidades, inclusive cuando ocupo otras posiciones publicas.

El uso de drogas, alcohol y en general sustancias que afectan la mente del genero humano es milenario. Comunidades de todos los rincones del mundo y durante siglos han usado sustancias psicoactivas como medicinas y en ritos y ceremonias. En alguna forma se han usado para evadir la realidad o para menguar las dolencias físicas o mentales. Han sido connaturales al genero humano. Tratar de prohibirlas y eliminarlas es un acto que va contra la misma naturaleza y no es realista.

Sin embargo en el mundo occidental contemporáneo se viene luchando, desde principios del siglo pasado, hace unos 80 a 90  años, contra su consumo, distribución y producción. Actividades prescritas por ley que las hace ilegales en todos los países, al menos en el mundo Occidental. Esta penalización ha generando gigantescas economías subterráneas en benéfico de mafias y grupos criminales, ocasionando así gran daño a las sociedades formalmente establecidas. Colombia particularmente ha vivido décadas de confrontación y guerra, con ingentes sacrificios de vidas e institucionalidad,  para evitar que en su territorio se produzcan algunas de ellas, especialmente la marihuana y la cocaína.

La prestigiosa revista The Economist viene desde finales del siglo pasado proponiendo la legalización regulada. Así mismo se expresaron en un documento reciente los ex presidentes Cardozo de Brasil, Zedillo de México y Gaviria de Colombia después de un estudio serio y bien sustentado. Muchas otras personalidades se han manifestado en los últimos años en el mismo sentido.  Ahora es el Presidente Santos quien pone el tema sobre la mesa.

En los EEUU el tema es dramático. Hay hondas diferencias entre el gobierno federal, que sigue aferrado a la estrategia de mantenerlas proscritas y combatirlas a cualquier costo, frente a algunos estados que han aprobado, por medio de referendos, el uso de la marihuana para usos medicinales. Esto en California es permitido desde 1996. El cultivo de la marihuana en California aunque aun ilegal, es uno de los más importantes de su agricultura. Es tan conocida su existencia, que hay que suponer tolerancia por parte de las autoridades, en otra forma no se entiende su existencia y desarrollo.

Es tan evidente la importancia que tiene la hierba en la economía agrícola de California que hay legisladores que han abogado por su legalización buscando con ello  impuestos y así ayudar a subsanar el déficit del gobierno estatal. Hace solo un año, en Noviembre del 2010 el 44% de los californianos voto a favor del cultivo y consumo de pequeñas cantidades. La llamada proposición 19 si bien no paso, si dejo en claro que hay un porcentaje muy importante de votantes a su favor. Si esto lo unimos al fracaso de la lucha que EEUU ha liderado contra las drogas, se puede pensar que más temprano que tarde se vera un cambio de la política restrictiva que Estados Unidos ha aplicado hasta ahora en este tema.

No hay duda que el consumo de drogas, legales o ilegales le pueden hacer un gran daño a la población y en especial a la gente joven. La discusión no se centra en lo perjudicial que son, eso es obvio. Se centra en el dilema;  que es mejor, si una legalización regulada de drogas consideradas blandas, donde se pueda hacer control en su producción, calidad, distribución y por lo tanto educación, algo similar al uso del alcohol y del tabaco, o si es mejor que se mantenga criminalizada y se continué la lucha contra su producción y consumo como actualmente se hace. En ningún caso se debe pensar en una legalización absoluta. Eso seria desastroso para la sociedad.

Es evidente que se necesita un liderazgo mundial para avanzar en este tema. Pudieran ser los ex presidentes latinoamericanos. O un líder de reconocida solvencia mundial como Lula Da Silva o Bill Clinton.  Pero no se ve nada en esta dirección. Lo que si no es nada conveniente es que sea el Presidente de Colombia o la Fiscal General de la Nación quienes estén debatiendo el tema.

Las declaraciones del Presidente y de la Fiscal, si bien son moderadas y bien intencionadas, serán interpretadas por muchos como un aval para la legalización  de las drogas. El común de la gente así lo percibirá. Lo que obviamente les quitara autoridad moral para perseguir los narcotraficantes y las economías ilegales, producto de su producción y trafico. Estas declaraciones son inconvenientes y para mucha gente y en especial para los que están en el negocio, las pueden tomar como un aval o al menos una forma de justificar su actividad.


Los funcionarios del ejecutivo de los países donde se produce y consume droga se deben abstener a opinar al respecto, su ejercicio se debe limitar a hacer cumplir la ley y dejar estas discusiones a los ex presidentes, a los académicos, a los periodistas y medios de opinión y a las instituciones que lo puedan hacer libremente sin perjudicar ni socavar la acción de las autoridades.

Es un poco como en la administración de justicia donde los Jueces y Magistrados no pueden opinar sobre los negocios que manejan antes de fallar o de lo contrario se les acusara de pre juzgamiento y falta de ecuanimidad en su decisión.

Jorge H Pineda B
Noviembre 26-2011


















Thursday, November 10, 2011

EN EL MUNDO DE CASTALIA


Los Universitarios Colombianos están en paro indefinido por su rechazo a la reforma a la educación superior propuesta por el gobierno del Presidente Santos. Aducen que es una reforma inconveniente, que privatiza la educación en Colombia, que no le provee fondos suficientes para cubrir las necesidades que el país tiene para hacer de la educación superior un derecho para todos los Colombianos, que no permite la plena autonomía universitaria, entre otros. Piden específicamente que la Universidad Publica sea gratuita y de altísima calidad.

Los Universitarios no quieren discutir esta reforma al interior del Congreso sino que piden que el proyecto de ley sea retirado y que se llame a todos los estamentos involucrados para construir un nuevo proyecto de educación superior. Al día de hoy el gobierno esta cediendo a las pretensiones de los estudiantes y solo piden que estos vuelvan a clases lo mas pronto posible retirando así la reforma del congreso de la Republica.

De otro lado se conoce el ultimo estudio sobre el ranking de los colegios en Colombia de acuerdo a los resultados del Icfes. El panorama no deja de ser altamente preocupante. Los resultados arrojados muestran que la calidad de la educación secundaria en Colombia es muy baja, es el país numero 52 entre 65 valorados por las pruebas internacionales PISA. Si bien el numero de estudiantes ha aumentado significativamente desde el año 2002, gracias a las políticas de ampliación de cupos del gobierno anterior, la calidad de la educación deja mucho que desear y su bajo nivel ha permanecido estable durante el tiempo. En los últimos 5 años no muestra ninguna mejoría.

Todas las sociedades organizadas del mundo tienen presupuestos limitados. Y cuando los países  gastan mas de lo que son capaces de producir y ahorrar viene las grandes quiebras en sus economías. Ya ocurrió en los EEUU, donde el exceso de gasto y derroche tanto privado como publico, lo llevo a la crisis de Lehman Brothers de la cual aun no se recupera plenamente. Ahora esta en turno la unión Europea con Grecia, Italia y España. Sus ciudadanos quieren excelentes jubilaciones a edades tempranas, educación universitaria gratuita, subsidios de desempleo y en salud y muchos otros beneficios para los trabajadores. Cada vez quieren vivir mejor produciendo menos. Obviamente ese falso bienestar revienta cualquier fisco y por eso el mundo occidental esta al borde de un gran colapso económico.

La lección es clara; las sociedades tienen que vivir con lo que producen y deben gastar de acuerdo a las prioridades que le impone su situación política y social.

Colombia es un país con ingresos limitados, con grandes problemas de pobreza, desigualdad y alta criminalidad tanto de origen político como común. Colombia tiene que definir sus prioridades con responsabilidad. Seguridad es la más básica, de allí se deriva la posibilidad de vivir en armonía, trabajar, invertir y progresar. Y luego vienen las prioridades de techo, salud, y educación. Colombia no puede irresponsablemente darle a todos los sectores lo que ellos presumen se merecen y piden sin consideración, como si fueran los únicos necesitados.

Colombia además de su presupuesto regular para el manejo del estado, y gracias a las leyes aprobadas por el congreso el ultimo año, tiene que proveer nuevos recursos para la ley de la reparación de victimas, la ley de tierras, la reforma del estado, la que costara “solo 300 mil millones” según el ministro de Hacienda. Adicionalmente se discute la reforma a la justicia, donde las Cortes están haciendo grandes demandas económicas para la Rama.

Y ahora el tema de la reforma de la educación superior. Los universitarios irresponsablemente piden educación superior gratuita y subsidiada y además de máxima calidad. Universitarios, que viven en el mejor de los mundos, a través de su comunicación virtual, de su Blackberry o Iphone. Al día de lo que pasa en sociedades mas desarrolladas y recibiendo las influencias de la rebelión estudiantil de Chile, o de las protestas estudiantiles en Inglaterra o de los plantones de los indignados en España o EEUU. Estudiantes que viven otras realidades y están ajenos a nuestra pobreza y desigualdades y que solo quieren emular lo que pasa en el exterior.

¡Ellos sienten que se lo merecen todo! ¡Que la sociedad y el estado se los debe!

A la Comunidad Universitaria se le debe preguntar. Que es prioritario:
¿Mejorar la educación secundaria en calidad y cantidad para millones de ciudadanos o darles gusto en sus pretensiones de educación gratuita y subsidiada de alta calidad?

Se me hace que nuestros universitarios y algunos de los demás integrantes de la Comunidad Universitaria están viviendo en el mundo ideal de la “Provincia Pedagógica de Castalia”, comunidad ideada genialmente por Herman Hesse en su libro El Juego de Abalorios.

¡Que bueno para ellos, que grave para Colombia!


Jorge H Pineda

Medellín, Noviembre 10-2011

Wednesday, September 14, 2011

EL MINISTRO Y EL CEBOLLERO

La pasada semana a raíz del fallo de otorgarle la casa por cárcel al Cebollero por un Juez de Medellín aduciendo problemas de salud, el Presidente Santos y su Ministro de Justicia se vinieron en ristre contra el Juez y pidieron su destitución, lo que efectivamente ocurrió horas después. Tanto los medios de comunicación como la opinión, vieron con buenos ojos la intervención del Ejecutivo y su resultado. Los únicos inconformes fueron los funcionarios y jueces de la rama Judicial, especialmente en Medellín, que sintieron que el Presidente y su Ministro habían interferido su independencia y cuestionado sus fallos.

Es ampliamente conocido que en Colombia la Constitución prevé independencia de las ramas del estado, practica común en casi todos los países civilizados. Se presume que cada rama debe actuar en concordancia con lo establecido en la Constitución y se espera que, en el caso de la Justicia, esta obre apegada a las normas y leyes, juzgando con equidad y que sus actos estén libres de intereses políticos y/o personales. Este mandato constitucional muchas veces no se da y por eso se presentan los reclamos y las criticas del poder ejecutivo a algunas de sus actuaciones y así se generan las susceptibilidades y los choques entre las ramas del estado.

Esto es lo que ha ocurrido en Colombia los últimos años. Durante el segundo periodo del mandato del Presidente Uribe estas pugnas fueron dramáticas y llevaron a que la justicia se politizara. Esto es evidente, hasta el punto de que la Justicia está usando su poder contra algunos funcionarios que tuvieron responsabilidades en el pasado gobierno, con el objeto de desacreditar las realizaciones del mandato del Presidente Uribe.

El gobierno del Presidente Santos ha tratado de rebajarle temperatura a la relación y por eso vemos con frecuencia al Presidente visitando las altas cortes. Pero es claro que la Justicia viene tomando fallos en contra de los funcionarios del pasado gobierno, fallos algunos de ellos, fuertemente criticados por la opinión, por exagerados e injustos, como todos los relacionados con el programa de Agro Ingreso Seguro. Están en la cárcel funcionarios y funcionarias, de alta calidad profesional y moral que no son un peligro para la sociedad, padres de criaturas que requieren el cuidado y apoyo de sus progenitores, que deberían haber tenido la casa por cárcel mientras se les juzga; pero que una justicia vengativa y politizada no lo ha permitido.

Volviendo al Cebollero, a este si le dieron la casa por cárcel. O sea dos acciones de la justicia diametralmente opuestas. Un criminal premiado injustamente y unos jóvenes profesionales castigados injustamente. Con razón, aunque no le corresponda, el nuevo Ministro de Justicia sale a rechazar la acción del juez en favor del Cebollero, pero curiosamente, se queda callado y no cuestiona los injustos y arbitrarios fallos contra los funcionarios del Ministerio de Agricultura del pasado gobierno.

Tampoco el Ejecutivo cuestiona a la justicia que no ha puesto en libertad al Coronel Plazas, que ya lleva varios años injustificadamente en prisión. Ya el Procurador General de la Nación pidió su liberación. Así mismo personalidades a través de anuncios de prensa piden que la justicia ponga en libertad al Coronel como lo solicita el Procurador.

¿Y en todas estas el Ministro que pidió la destitución del Juez del Cebollero donde estará?
¿Será que intervenir en estos casos sonaría a solidaridad con el Uribismo?
¿Será que le teme a la critica de los medios de comunicación?

Claro que el Ministro responderá que no puede interferir en las decisiones de la Justicia,.....solo en el caso del Cebollero!

Jorge Pineda
Septiembre 14-2011
Medellín

Thursday, July 8, 2010

GRACIAS PRESIDENTE URIBE

El pueblo Colombiano ya le dio las gracias al Presidente Uribe por su gestión. Eligio con una mayoría absoluta al representante de sus políticas y a quien da garantía de continuidad de la Seguridad Democrática y de la transformación del estado bajo los lineamentos de la doctrina Uribe. Este agradecimiento, lo ratifica el hecho que aun cuenta con el 70% de aprobación de los Colombianos.

Ocho años atrás cuando los Colombianos, por inmensa mayoría, le dimos el mandato al Presidente Uribe de gobernarnos, con la esperanza de cambiar los destinos de la nación, Colombia era una democracia inviable. El país político estaba al borde del colapso, la violencia y la guerrilla narcotraficante controlaba una parte apreciable del país; los paramilitares, con el respaldo de algunos miembros del ejercito y el beneplácito de sectores de la población, ejercía de defensor de las actividades productivas y de algunas comunidades atacadas por la guerrilla, y la desesperanza y la frustración eran generalizadas.

En efecto, las tres ramas del poder publico eran incapaces de mantener la democracia. El Ejecutivo, por muchas décadas, había sido ineficiente e inepto en la dirección del país. El gobierno día a día cedía terreno ante los grupos insurrectos y se había perdido control sobre parte del territorio nacional. Su brazo armado, el Ejercito y la Policía, estaban desmoralizados y parcialmente comprometidos con grupos irregulares. El Legislativo era dominado y manejado por la clase política tradicional corrupta y carecía de toda solvencia moral para promover un cambio. Y El Judicial abrumado por la impunidad rampante, era incapaz de ejercer su función constitucional.

Ninguna de las ramas del poder publico estaba en condiciones de ejercer un liderazgo de cambio y de depuración.

Uribe entendió esa problemática y decidió desde el poder ejecutivo emprender acciones que llevaran a devolverle a los colombianos la esperanza de tener una democracia viable. Emprendió el cambio por medio del ejercicio de la autoridad, apoyado en el legitimo uso de las armas.

Su primer batalla fue la Seguridad Democrática. El fortalecimiento de las fuerzas del orden. Su profesionalización. Su equipamiento. Su compromiso de ejercer autoridad bajo las normas de la constitución y el respeto a los derechos humanos con el fin de darle a todos los Colombianos seguridad. Propósito que aun no termina pero que deja en muy buen camino.


Simultáneamente emprendió la modernización del Ejecutivo y de las empresas del estado. Propugno lograr que la rama ejecutiva manejara eficientemente los recursos y respondiera adecuadamente a las necesidades de los Colombianos. Grandes transformaciones se lograron en la educación, en la salud, en las empresas del estado, en las comunicaciones. En general el país retoma la ruta del crecimiento económico y la confianza de los inversionistas.

El Presidente entendió que todas las ramas del poder publico se tenían que transformar y así lograr el equilibrio que una democracia moderna reclama. Por esto decidió ejercer desde su posición acciones y presiones, respetando la independencia establecida en la constitución, señalando y haciendo evidentes las deficiencias profundadas de las otras ramas del poder publico. Trato por medio de una consulta popular inducir cambios fundamentales en las otras dos ramas pero no lo logro. Entonces busco otros caminos, para lograr el mismo fin.

No hay duda que la rama Legislativa ha cambiado. La ley de desmovilización de las autodefensas, propuesta e impulsada por el ejecutivo, destapa la relación de estos con algunos miembros de las cámaras legislativas. Esto estuvo acompañado de auto reformas que han permitido alguna depuración y mayor transparencia en sus actos legislativos. El hecho de que más del 60% del Congreso recién electo este compuesto por legisladores nuevos es una señal de cambio. Es cierto que algunos de estos aun representa la anterior clase política, pero aun así, el nuevo Congreso representa un avance importante.

Con la rama Judicial ha sido más difícil. No hay duda que ésta esta politizada y es profundamente ineficiente. La impunidad es la peor desgracia que aun vive Colombia. Esta tan politizada, que su Corte Suprema, el máximo organismo rector de la Justicia en Colombia, no ha sido capaz de nombrar algunos de sus dignatarios y su Presidente es interino. Tampoco ha sido capaz de nombrar el Fiscal General de la Nación. La Corte Suprema en alguna forma perdió su dignidad. El contrapunteo con el Presidente destapó esta realidad. Muy poco pudo el Presidente Uribe hacer para que la Justicia fuera reformada, pero en alguna forma puso el dedo en la llaga y le deja al nuevo Congreso y al nuevo Ejecutivo la urgente tarea de transformarla.

Todos estos procesos se lograron o se indujeron dentro del mayor respeto a la constitución vigente, sin violentarla. El ejecutivo acato las decisiones de las otras ramas del poder publico, aun en los casos que no compartió. Se dio una clara libertad de prensa y de opinión. Se fortalecieron tres nuevos partidos, La U, El Polo Democrático y el Partido Verde, ampliando significativamente las opciones políticas para los ciudadanos y se le dio vida a una mayor participación de la comunidad en las decisiones del estado, comunidad que por décadas estuvo restringida e ignorada por el dominio y el control que los lideres de los dos partidos tradicionales tenía sobre toda la cosa publica.

Esto se dio gracias en buena parte por la seguridad, que con el Presidente Uribe toma el nombre de Democrática, precisamente porque gracias a ella el país es mas tolerante, se permite disentir, pensar y opinar distinto, y se le dan garantías a todos. Es un hecho que el mayor contradictor del Presidente Uribe, que es el partido de izquierda El Polo Democrático, ha logrado la alcaldía de Bogota por dos periodos y ha podido ejercer una oposición a cabalidad.

Por eso el mayor logro del Presidente Uribe fue devolverle la Fe a los Colombianos. Ya creemos en Colombia, creemos en una patria digna capaz de darle a sus ciudadanos bienestar y progreso.

¡Mil Gracias Presidente Uribe por dejarnos soñar con una Colombia Grande!


Jorge H Pineda
Medellín, Colombia
Julio 8-2010

Wednesday, May 12, 2010

EL LIDER QUE COLOMBIA NECESITA HOY

No hay la menor duda que Colombia esta viviendo un proceso de selección del próximo presidente muy interesante. Se tienen para la primera vuelta seis candidatos supremamente bien calificados y estructurados, lo que ha permitido una discusión de programas e ideas que enriquecen el encuentro democrático y dignifican la política en Colombia.

Sin embargo es una lastima, que las encuestas y la presión mediática a que estamos sometidos, hayan llevado al electorado a agruparse alrededor de los dos candidatos punteros en las encuestas, restándole opciones a otros igualmente preparados y capacitados para la contienda.

Es interesante ver la coincidencia en los programas expuestos por los diferentes candidatos. Quizás el único que se distancia del resto es el candidato del Polo Democrático, que ideológicamente se podría tildar de centro izquierda. Los otros sin excepción son centro derecha. Claro que entre las propuestas hay mucha diferencia de matices y de prioridades. De los programas de los candidatos de centro derecha se podría asegurar, sin mucho peligro a equivocarnos, que son buenos y que han sido estructurados por excelentes estudiosos de la realidad nacional. Pienso que cualquiera de estos programas pudiera ser igualmente exitoso en manos del líder adecuado para la Colombia de hoy.

Para algunos la prioridad es la legalidad, para otros la educación o la salud, para otros la seguridad o el empleo. Pero todos coinciden en unos elementos básicos que hay que dinamizar y consolidar para hacer avanzar a Colombia. Seguridad, lucha contra la corrupción, fortalecimiento de la justicia, educación, salud y crecimiento económico.

Esto me lleva a concluir que la actual disputa a la presidencia de Colombia es mas de personalidades que de programas. Es mas de caracteres que de partidos. Es mas de talante, de liderazgo y de carisma, que de venta de ideas o planes de gobierno.

Como bien dice el Presidente Uribe el mal endémico del país ha sido la violencia. Desde la década del 40 del siglo pasado, el país solo ha vivido unos pocos años en paz, durante el frente nacional. Tuvimos la violencia política, luego la guerrillera, la paramilitar, el narcotráfico y muchísima delincuencia común. Por eso el éxito de la teoría y la praxis del Presidente Uribe, representada en la seguridad democrática, que en esencia es el uso de la autoridad y la fuerza publica para garantizar la seguridad ciudadana dentro del marco de las normas democráticas y constitucionales.

Lo que hemos avanzado en seguridad no se puede perder. Y en alguna forma TODOS los candidatos respaldan la política de seguridad con diferencias de matices.

La pregunta es entonces si los candidatos tienen la decisión, el carácter y el talante para continuar la seguridad democrática en forma exitosa.

Si la contienda fuera mas equilibrada entre los seis candidatos seria muy interesante analizarlos frente al perfil del líder que el país necesita. Pero desafortunadamente a estas alturas y según las encuestas, las opciones se reducen al candidato de la U y al candidato del partido Verde.

El candidato Mockus representa la academia, la inteligencia, el cambio en algunas practicas políticas y se presenta como independiente de la política tradicional sin representación significativa en el congreso. Eso ha motivado a muchas personas jóvenes y otras no tan jóvenes a adherirse a su campana, impulsados además por los escándalos de la política tradicional.

El candidato Santos representa claramente al actual gobierno y es el heredero del Presidente Uribe. Tiene el respaldo del partido de la U y tiene buena representación en el congreso. Tiene gran experiencia en el manejo del estado. Quienes defienden a toda costa el éxito de la seguridad democrática están definitivamente a su lado.

Colombia necesita hoy un líder que transmita seguridad y autoridad. Que tenga el talante y la decisión para combatir la FARC y el terrorismo. Que tenga la capacidad de confrontar a los vecinos diplomáticamente y aun con las armas si las circunstancias lo ameritan. Que no se amilane ante el vecino que protege, financia y arma a la guerrilla de la FARC. Y además que tenga la capacidad política para trabajar de mano del congreso en las reformas que el país pide a gritos, en los temas de Justicia, salud, educación etc.

¿Cuál de estos dos candidatos tiene el liderazgo que Colombia necesita hoy?

En mi opinión el profesor Mockus trasmite candidez y transparencia, pero no transmite seguridad. No refleja el talante para ser el Comandante del Ejercito de Colombia y mantener la presión sobre la insurgencia. Si bien tiene una sólida personalidad y preparación, no aparece como el líder más atrayente del partido Verde. Él mismo voto por Peñalosa en la consulta de los partidos. Su popularidad se disparo cuando logro la adhesión de Fajardo. No aparece como el líder mas fuerte de los “Tenores”. Me imagino la eventual Presidencia de Mockus, como la de una “junta civil” de 4 miembros y no la de un Presidente fuerte. La Colombia de hoy no esta preparada para ese tipo de liderazgo.

El candidato Santos transmite continuidad, seguridad, autoridad para manejar las fuerzas armadas y representa las políticas del Presidente Uribe. No es carismático, pero su experiencia en el manejo de los temas del estado da garantía de tranquilidad. Sabe lo que puede promete y lo que es capaz de cumplir y no esta usando el recurso del populismo para ganar electores. Sabe cuales fueron los aciertos y desaciertos del actual gobierno y tiene mejor criterio que otros para continuar lo bueno y corregir lo malo. Y además tiene gran respaldo en el congreso, lo que le facilita la gobernabilidad.

En mi opinión, de las dos opciones disponibles, Santos es el candidato que mejor representa al líder que Colombia necesita hoy.


Jorge H Pineda
Medellín, Mayo 11-10